Cortar la pechuga de pollo en trocitos grandes unos 2 cm.
Verter dos cucharas de aceite en una sartén y dorar el pollo salándolo y pimentándolo. Cuando el pollo sea bien dorado, verter la cerveza (mejor si es cerveza rubia) y continuar la cocción sin tapa. Cocinar durante algunos minutos y antes de que se seque completamente verter el queso Gorgonzola en trocitos, (conservando algunos para la guarnición) y las hojas de tomillo.
Continuar la cocción a fuego bajo mezclando hasta que el queso Gorgonzola no se haya derretido completamente.
Servir todavía caliente.