Área de producción

La primavera es la época ideal para visitar la región de Novara, cuna del Gorgonzola y tierra rica en arroz y otros manjares. La tierra de las garzas», así describía Dante Graziosi (1915-1992) el Piamonte oriental desde su Molino della Baraggia. Hoy en día, una ruta ciclista literaria está dedicada al escritor, un excelente punto de partida para descubrir arrozales, acequias rodeadas de hileras de álamos, granjas y castellazzi agrupados en pequeñas aldeas.

A Pavía se puede llegar en bicicleta desde Milán en un par de horas por el Naviglio Pavese. También se la conocía como la «ciudad de las cien torres»: en una época llegó a tener unas 78 torres utilizadas como defensa y como símbolo de rivalidad entre familias históricas.

La mejor manera de sumergirse en la atmósfera de esta pequeña joya arquitectónica lombarda es llegar a Bérgamo Alta a bordo del medio de transporte más fascinante de la ciudad: el antiguo funicular que desde hace 120 años conecta el centro de Bérgamo con la Ciudad Alta y, en particular, con la Piazza delle Scarpe, que en el siglo XV se utilizaba para vender zapatos.

Para conocer Cremona, el punto de partida es sin duda la encantadora Piazza del Comune, dominada por los principales monumentos de la ciudad: la Catedral, con sus diferentes estilos arquitectónicos; el Torrazzo, el campanario de ladrillo más alto de Italia; el Baptisterio y la Loggia dei Militi, uno de los edificios más antiguos de Cremona.

Segundo municipio más poblado de Lombardía después de Milán, los orígenes de Brescia se remontan a más de 3.200 años. La «Leona», apodada así por Carducci por su apego a la República de Venecia, posee un patrimonio artístico y arquitectónico tan rico, especialmente de las épocas romana y longobarda, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Lodi es un importante centro de producción lechera. Gracias a un territorio dedicado predominantemente a la agricultura y la ganadería, alberga la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Milán y el Parco Tecnologico Padano, uno de los institutos de investigación más cualificados de Europa en el campo de la biotecnología agroalimentaria.

Fue capital del Imperio lombardo (la corona de la emperatriz Teodolinda aún se conserva en la capilla de la catedral), residencia de verano de la casa real austriaca a finales del siglo XVIII y de los Saboya en el XIX. En resumen, Monza ha visto pasar muchas cabezas coronadas por su glorioso pasado. Hoy en día, esta localidad de las afueras de Milán es una de las zonas más productivas de Europa.

Inaugurado a finales de 2019, el nuevo museo, con la Casa Museo en la planta inferior y la Pinacoteca en la superior, está situado en el barrio de Caleotto, cerca del centro. Aquí pasó Alessandro Manzoni su infancia y juventud, antes de ir a París a visitar a su madre Giulia Beccaria. Desde estas habitaciones podía admirar las montañas de Lecco y las tranquilas aguas del río Adda y el lago de Como: una zona que se convirtió en el escenario de una de las historias de amor más conocidas del mundo.

En la ciudad hay dos instalaciones que rinden homenaje a un ilustre comés, Alessandro Volta, inventor de la pila. El primero es el Tempio Voltiano, un edificio neoclásico de 1927 erigido para celebrar a Volta en el centenario de su muerte. Los visitantes son recibidos por dos estatuas enfrentadas, Fe y Ciencia. En la sala central de la planta baja se exponen los aparatos, instrumentos y dispositivos utilizados por el científico. La segunda instalación voltiana es la escultura de 2015 «La vida eléctrica», diseñada por el arquitecto Daniel Libeskind y colocada en el rompeolas.

El centro urbano de Milán se ha desarrollado a lo largo de los siglos en torno al primer núcleo celta (590 a.C.), que corresponde a la actual plaza de la Scala, de la que parte simbólicamente nuestro paseo milanés por el centro de la ciudad. Aquí se alza desde 1778 el teatro neoclásico del mismo nombre, diseñado por Piermarini, uno de los teatros de ópera más famosos del mundo, aunque no el más antiguo, que debe su nombre nada menos que a la iglesia de Santa Maria alla Scala demolida para dar paso al teatro.

A 60 km de Milán se encuentra la «ciudad jardín», Varese, ideal para visitar incluso en los meses más cálidos gracias al lago cercano y a los numerosos espacios verdes de la ciudad (de ahí su apodo). Además, no todo el mundo sabe que Varese se asienta sobre siete colinas, ¡igual que Roma!

La provincia piamontesa de Verbano-Cusio-Ossola, conocida como «la provincia azul», es una visita obligada para todos los amantes de la naturaleza gracias a los dos lagos entre los que se encuentra (el lago de Orta, o de Cusio, y el lago Mayor, o de Verbano), sus parques, jardines botánicos y balnearios. Su paisaje la ha convertido en uno de los destinos más populares del turismo internacional, amado por poetas como Flaubert, Dickens y Stendhal.

Paseando por el pequeño centro de la ciudad, se pueden admirar el Baptisterio, la Catedral, el Campanario de Santo Stefano y muchas hermosas villas y palacios de diferentes épocas históricas. Incluso fuera de la ciudad, no faltan destinos turísticos, sobre todo en lo que respecta al medio ambiente y la naturaleza. Hablamos del Oasi Zegna, el Parque de Burcina y la reserva natural de Baragge (que también incluye Novara y Vercelli).

Cuneo recibe el sobrenombre de «capital de la Granda» por ser la cuarta provincia italiana en extensión. Nace en la confluencia de los ríos Stura y Gesso, de ahí la característica forma de cuña que inspiró su nombre. Al parecer, esta zona, al abrigo de los dos ríos, fue elegida como refugio para escapar del acoso de los marqueses de Monferrato y Saluzzo por campesinos que se instalaron allí junto con algunos fugitivos milaneses.

No hay que perderse, por supuesto, una visita a la famosa Certosa di Pavia, un conjunto monumental histórico formado por un monasterio y un santuario. Se encuentra en el municipio homónimo de Certosa di Pavia, a unos ocho kilómetros al norte de la capital provincial. Construido a finales del siglo XIV a instancias de Gian Galeazzo Visconti, señor de Milán, en cumplimiento del voto de su esposa Caterina y como mausoleo sepulcral de la dinastía milanesa, combina varios estilos, desde el gótico tardío italiano hasta el Renacimiento. Su construcción duró unos 50 años y se terminó a finales del siglo XIV.

Casale Monferrato, en la provincia de Alessandria, ha sido un centro importante desde la época romana. Franceses y españoles lucharon por ella entre 1600 y 1700, y durante el Risorgimento fue uno de los baluartes contra el Imperio austriaco. Su desarrollo sólo se detuvo con el estallido de la II Guerra Mundial, pero se reanudó poco después gracias a la reconstrucción del puente sobre el Po, que había sido bombardeado durante el conflicto. La ciudad siguió expandiéndose y se establecieron nuevas plantas industriales.